Sabemos que la esterilización puede parecer algo abrumador...
como si tuvieras que ponerte una bata de laboratorio y gafas protectoras para limpiar los biberones de tu bebé. Pero no es tan difícil, solo necesitas tener las herramientas adecuadas y los métodos que mejor se adapten a ti y todo irá bien.
Es importante recordar que no hay una única forma correcta de esterilizar. Existen diversos métodos perfectamente seguros y apropiados que funcionan, solo tienes que elegir el mejor para ti y para tu pequeño.
Esterilizar los queridos biberones de tu bebé es mucho más que mantenerlos limpios: hablamos de proteger a tu bebé contra las bacterias nocivas que pueden causar molestias estomacales.
Hasta los 12 meses, el sistema inmunitario de tu bebé no está desarrollado del todo, lo que significa que es más susceptible a las enfermedades que los bebés mayores.
Por eso es muy importante esterilizar los biberones antes de usarlos por primera vez y después de cada uso, ya que así acabas con los molestos gérmenes que pueden permanecer en los residuos de la leche.
Te recomendamos esterilizar cualquier objeto que entre en contacto con la leche materna o fórmula y cualquier cosa que tu bebé chupe regularmente. Esto incluye los biberones y las tetinas, pero también tendrás que esterilizar los sacaleches, biberones, juguetes y mordedores después de cada uso. Tras esterilizarlos, los productos permanecerán estériles durante 24 horas si los guardas correctamente. Sabemos que parece mucho trabajo, pero en realidad no se tarda mucho y es muy sencillo: ¡pronto se convertirá en parte natural de tu rutina diaria!
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ahora, ¡déjanos ayudarte con los esterilizadores! Existen muchas opciones para elegir, pero todas y cada una de nuestras soluciones acabará con el 99 % de los gérmenes sin productos químicos que puedan dañar a tu bebé. Descubre nuestra gama...
Utilizando el poder de limpieza totalmente natural del vapor, este esterilizador mata el 99,9 % de los gérmenes dañinos y las bacterias domésticas sin productos químicos agresivos y sin dejar residuos desagradables.
Using the all-natural cleaning power of steam this steriliser kills 99.9% of harmful germs and household bacteria without harsh chemicals and leaves no nasty residue.
Todos los padres quieren proteger a sus pequeños, por eso nuestros esterilizadores están diseñados para eliminar los virus* y el 99,9 % de las bacterias. Utilizando el poder de limpieza totalmente natural del vapor, este esterilizador mata el 99,9 % de los gérmenes dañinos y las bacterias domésticas sin productos químicos agresivos y sin dejar residuos desagradables. Y como el vapor llega a esos lugares de difícil acceso, puedes tener la seguridad de que esteriliza las zonas más escondidas, eliminando los gérmenes que puedan quedar en los biberones, tetinas, sacaleches y otros accesorios incluso después de un lavado a fondo.
Todos los padres quieren proteger a sus pequeños, por eso nuestros esterilizadores están diseñados para eliminar los virus* y el 99,9 % de las bacterias. Utilizando el poder de limpieza totalmente natural del vapor, este esterilizador mata el 99,9 % de los gérmenes dañinos y las bacterias domésticas sin productos químicos agresivos y sin dejar residuos desagradables. Y como el vapor llega a esos lugares de difícil acceso, puedes tener la seguridad de que esteriliza las zonas más escondidas, eliminando los gérmenes que puedan quedar en los biberones, tetinas, sacaleches y otros accesorios incluso después de un lavado a fondo.
Antes de esterilizarlos, lava siempre tus biberones y tetinas para eliminar todas las bacterias de leche residual que puedas.
La mayoría de los biberones pueden lavarse en el lavavajillas (solo en la bandeja superior) o con agua caliente y jabón con nuestro cepillo limpiador 2 en 1.
Después de lavarlos y esterilizarlos como más te guste, se mantendrán estériles durante 24 horas. Solo tienes que guardarlos en un lugar estéril (por ejemplo, en el esterilizador) o volver a montar los biberones para que la tetina esté tapada y usarlos antes de 24 horas.
También puedes guardar los biberones estériles en un recipiente cerrado en el frigorífico para evitar que entren en contacto con gérmenes o bacterias. Ten en cuenta que el recipiente también debe estar esterilizado.